Friday, March 11, 2016

UNA MIRADA AL ARTE por VÍCTOR VARELA

Parte tres

        Las teorías de conspiración vienen anunciado de un tiempo para acá la muerte del artista. No del arte, sino del artista, lo cuál es muy significativo. Los artistas de post guerra se atrevieron a matar el arte, pero no al artista, porque si muere el artista apaga la luz y vamos. Matar el arte es fácil cuando el artista perdura, pero matar al artista es otra cosa. El arte sin arte es posible si el artista está detrás, no el arte sin artista.
Huacanada de Mito.  Víctor Salvador
        El auge de la era tecnocrática, que algunos sitúan dentro de cien años, anuncia que el arte será hecho por máquinas. Incluso ya existen artistas creados en programas de diseño con el objeto de ser proyectados como hologramas. Hologramas con todo lo necesario para imantar a un público ciberfanatizado. Me chupa un huevo tal progreso, yo creo en el artesano y por suerte estos quince artistas y Latin American Art insisten en la pintura hand made, hecha a mano.
       No hay que dejarse intimidar por la tecnología, ni caer en la trampa que ya no es posible la pintura artística. Ni el arte, ni el artista morirán, simplemente van a coexistir con los aparatitos del futuro, algunos de los cuales seguramente yo mismo encuentre útiles para jugar en mis obras, pero siempre con la intención de defender el derecho del hombre a ejercer el instinto, su espiritu animal e indomable, su inteligencia bruta.
       Reconozco incluso que la situación por excesiva, me alegra, y no tiene otra alternativa que ir a favor del arte. Mientras más avanzada sea la tecnología mejor, creará demanda, interés por la preciosa imperfección de la naturaleza. Tal embotamiento de tendencias en detrimento de la biología solo conseguirá resaltar tres veces más el talento humano y cuando el arte sea un milagro, porque la mayoría abandonó el pincel, los artistas que resistan se convertirán en dioses.
       Ahora me gustaría aclarar antes de entrar en materia que me he abstenido de hablar con los artistas a los que me voy a referir a continuación acerca de su obra. Puede que mi punto de vista no coincida con alguno de ellos, pero prefiero ser fiel a lo que me dice el cuadro por si mismo que a otras fuentes, y creer en mi experiencia directa frente a la pintura en vivo, mi percepción personal. Sé por Gastón Bachelard que el hombre es obstáculo epistemológico entre si mismo y el conocimiento, que no es posible la objetividad total porque la distancia siempre está identificada, pero es lo que somos y no pienso renunciar a mis límites.

De blue.  Víctor Varela

                          La exhibición
    
       Partiendo de la imagen de un péndulo para describir la holgada tesitura que muestra Latin American Art en su exhibición “Una Mirada al Arte Latinoamericano” en un extremo de la curva coloco al artista peruano Víctor Salvador, quien para mi según el tono de esta muestra es el grado extremo de la tradición Latina. Con un realismo representativo, que duplica y extraña a la vez es tremendamente claro y confuso. Directo en su tratamiento del significante, su objeto se dobla sin ambiguedad, es fácil de reconocer, pero muy rara su hermenéutica. Por ser local y étnica, su imagen posee la clave exclusiva de una cultura y la pinta con ostentación. Su obra “Huacanada De Mito” se enfoca en una danza ritual wanka (huanca) que se representa en el pueblo de Mito, situado en la cordillera andina central del Perú. Esta danza (síntesis de diversos elementos andinos y españoles) se trasmite de generación a generación y actualmente todavía se baila, ocurre los tres primeros días del mes de Enero, cada año. Un grupo de hombres enmascarados, llamados huacones, realizan una serie de coreografías que representan al antiguo consejo de ancianos y se convierten en la máxima autoridad del pueblo mientras dura la huaconada. Ponen de relieve esta función tanto con sus látigos “tronadores”, como sus máscaras de narices prominentes que evocan el pico del cóndor, criatura que representa el espiritu de las montañas sagradas. Con un realismo moderno, que no intenta competir con la fotografía, que recuerda a un postimpresionismo en el tratamiento de las figuras, un manejo impecable de la técnica y el lenguaje visual, Víctor Salvador va hacia atrás, apelando a la diferencia como contraposición a un presente global, unívoco, demoledor de tradiciones. Etnia versus civilización su óleo nos invita a contemplar el rito como origen milagroso que nos contiene y explica, se juega al Perú, a practicar su identidad. Es con soberbia un folclor, la arrogancia de una cultura.
        
Ruta de escape. Jorge Trujillo
En el otro extremo, yo mismo, con mi obra “De blue”, me niego a toda representación figurativa para reducir el objeto en la pintura a su unidad mínima. Nada se duplica en De blue, se asiste a los residuos de una estructura, los restos de una geometría, la huella en el viento de una armazón, a una deriva de la luz y el color. La doble naturaleza del signo se atrofia, significado y significante son el pálido reflejo de una figura ausente, perdida para siempre, irrecuperable. De blue, lo cual se puede traducir como azul desconstruido apuesta por lo que he llamado Desconstructivismo Abstracto, para definir mis intenciones formales y conceptuales al aproximarme a la abstracción clásica y contemporánea. En contraposición con toda la historia de la abstracción que ha sido constructiva por naturaleza, me propongo despintar el cuadro, llevarlo a su caos primigenio, lo cual tiene connotaciones formales e ideológicas: esa obsesión constructiva del período soviético, ese epígono que fue Tatlin con su "Monumento a la Tercera Internacional" oculta un mensaje perverso. El de la emancipación de la mayoría por medio del desmantelamiento total de sus derechos. No en vano la torre está en el hueso, carente de masa, del necesario espesor que requiere una idea más profunda del sueño colectivo. Se somete así a una clase que cree puede practicar una eficiencia fecunda con el espejismo de una solidaridad. No por gusto toda Europa del Este se derrumba más tarde, no soporta su armazón. Más que por una tradición de la cultura De blue se inclina por lo iconoclasta y le rinde tributo a la pintura abstracta latinoamericana que es vasta y remota, aunque se desmarca de su tendencia concreta para ser más lírica e informal y no participa de cierto mensaje monumental, emancipador, que hereda de Europa, prefiere ser posconceptual en su justificación. De blue propone un nuevo paradigma: desconstruir. Tal desconstrucción como la anuncia Jacques Derrida en francés apropiándose del concepto de Heidegger en “Ser y Tiempo” no es una destrucción, sino un desmontaje sin pretensiones, un reciclaje mesurado, un desbordamiento posible. Por ello el Desconstructivismo Abstracto se decide por una tensión extrema entre la imagen y el discurso, lo que la obra calla es lo que dice, para dar paso a un silencio primordial que imanta la experiencia del ojo. Es en su percepción más una sensualidad que un discurso. Dice mucho en su fundamentación, se abstiene en el mensaje.

Serie evocando - Bodegones 1.  Coqle Aragrev
        Con un realismo figurativo de muy buena factura, un fondo chorreado, que señala el advenimiento de una disolución, Jorge Trujillo en su obra “Ruta de Escape” nos muestra el fin de una historia: la del cuerpo. El abandono del instrumento que alguna vez le permitió al hombre el sobrepasamiento de sus límites, la fuerza de una extensión, presupone un nuevo ascenso en la escala. Representado en el reposo de su inutilidad, el objeto se dobla luego de ser despojado, sobra su función, los achaques de una materialidad. Descartados los excesos de lo sólido se ha elevado la acción física humana a una longitud. La onda de radio, eso que el científico Heinrich Herz descubrió en su tiempo y definió como existencia inútil hoy es la magnitud que permite la existencia de lo virtual, el reino de la red. El fin de una ontología, el paso del Ser al Estar conectado y por tanto el fin de una práctica fundamental para la humanidad: la navegación tal como la entiende la antropología desde los Fenicios hasta los indios Taínos, de Sebastián de Ocampo a Magallanes. La nueva ruta situada en el borde invisible del espectro facilita un éxtasis de la velocidad. Hay una nostalgia por la presencia en “Ruta de Escape”, una añoranza sepia por una vida más lenta y memoriosa, por el goce del mayor esfuerzo, pero el suspiro dura poco en la resignación de una economía, de un presente que es como es: mental. La pintura marcada como una res muestra el signo de la network. Borrada del mapa la figura humana se encuentra ahí, en ese diminuto carril, como parte de un quiebre del entorno. Contrapone de esta manera el mexicano Jorge Trujillo dos dimensiones y rompe el estilo con cuidado para que domine un realismo suelto, desenfadado, adulterado por la marca registrada de una época. Parte de una humanidad que ya no está en la naturaleza, en la realidad, que se ha ido.
       
Se rompió el silencio. Gustavo Perez
En cambio Coqle Aragrev no se queda en esa herida, en esa contemplación. Más cerca de una abstracción con figuras que de una pureza no representativa, propone en su obra “Serie evocando – Bodegones 1” una arqueología de la aproximación. Desinteresada por los problemas de hoy su abstracción se sumerge, avanza hacia abajo con líneas angulares bellamente dispuestas, cava, recupera el tesoro, lo guarda para si y lo comparte. La vasija de barro moldeada por la mano humana, lo que el hombre es: un hacedor, un recolector, un guerrero, un superviviente. Ahí descansa y se refugia su descenso en rojo con tonos amarillos y morados. Se contraponen Euclides y su antípoda, la curva y la línea, el volumen y el plano, la analogía repta, se estira y pasa del recipiente a la boca, al abrazo, el cuerno, el agujero. Figuras que se asoman para reclamar su doble y perturbar la claridad de una cadencia mítica, cómplice.
        Luego entran a dúo Gustavo Perez de Cuba e Ismael Rodriguez de México. Ambos se deciden por igual por la figuración y por el símbolo, duplican y re interpretan lo real. Gustavo más cerca que Ismael de un automatismo nos propone un surrealismo insular, de línea suave. Con un dominio del paisaje natural que imita y distorsiona el objeto sin destruir su identidad se rehusa a atacarnos tirándonos a la cara la fuerza inconmensurable del inconsciente. Prefiere mostrar el quiebre de una contención que solo anticipa su demonio, su comienzo. Su obra “Se Rompió El Silencio” a pesar que muestra la ruptura de la membrana de una apariencia, de una implosión, es agradable a la vista y reflexiva a la vez. Uno podría sentarse a contemplarla sin temor a una perturbación extrema. Con un tratamiento luminoso del color nos muestra un paisaje dislocado que altera en su funcionamiento. El agua es un centro y no un borde, una ventana y no un puerto, una salida y no un límite, una isla al revés, que se vira como un guante. Cuál es el silencio que rompe Gustavo, uno se pregunta ante una obra tan apacible y armónica? El del cuadro, el suyo, el de la isla? Eso no importa, afortunadamente la pintura como experiencia visual se explica de muchas maneras de acuerdo con el ojo que la mira. Sus presencias simbólicas diversas y enlazadas ofrecen un cálido tapiz que estimula el viaje y la contemplación. Eso es lo importante, que la pintura de Gustavo no se acaba, retoza con la percepción.

Atrapada.  Ismael Rodriguez
        Por el contrario Ismael Rodriguez no tiene escrúpulos. Para lograr su despiadado efecto contrapone tres planos: el fondo, lo intermedio y lo mas cercano. Cada uno trabaja con un estilo diferente pero tan integrado que no se recibe como híbrido. Al fondo un abstracto representativo, la lógica ambigüedad formal que muestra todo último plano en perspectiva. En el centro un tratamiento realista de la figura humana que desprende las vibraciones fatuas de lo que fue un muralismo precedente, salvando enormes distancias formales e ideológicas: menos barroco y triunfalista, carente de una perspectiva aérea, de una visión de masa. En el primerísimo plano un expresionismo simbólico que coloca en el centro de la composición a una inversión: la esfera como celda, como herramienta de aprisionamiento. Usa todo el conjunto, llena por completo el cuadro, lo aprovecha hasta el borde. Hay un “horror al vacío” sin barroco que señala desde un pesimismo lúcido una parálisis del sujeto, una edad media en pleno desarrollo de la historia, una contradicción que hay que consultar porque es una metáfora que vive el mundo actual. Estamos trabajando contra el cuerpo, lo queremos deshumanizar en virtud de un supuesto desarrollo? Su obra “Atrapada” nos imanta y nos insulta en plena cara, es incómoda y placentera a la vez, pero no renuncia al cuerpo, a la figura humana. Aunque inmovilizada en su jaula de hierro, esa mujer, todavía es: una presencia, un desafío, el origen de una nueva leyenda.


                                                                                                         Nueva York
                                                                                                     11 de marzo 2016

2 comments:

  1. Genomenal parte 3 Maestro!!
    Estoy muy feliz con su Trabajo!
    Felicidades!
    Lo quiere y admira,
    Yaima Mena.

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  2. http://maquinasagrada.soopbook.es/

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