Sunday, October 17, 2010
"Si la esfera de la muerte (o de la eternidad) es absoluta y pura, la esfera de la vida "o de la realidad" es de un género inferior. Este personaje “muerto” (en la ficción dramática) resulta entonces elevado por la muerte y colocado de alguna manera en un “mausoleo de la eternidad” donde encuentra su “doble”… vivo. Pero vivo de una manera sospechosa. Porque ha sido brutalmente reducido al estado de personaje banal, carente de interés, como una imitación pobre que solamente sirve para descubrir los vestigios de la grandeza del “prototipo”. Y de la eternidad.
Tadeus Kantor. Creador del Teatro de la Muerte.
Tadeus Kantor. Creador del Teatro de la Muerte.
Saturday, October 2, 2010
El Texto Imposible De Representar (1)
Articulo publicado en la revista VOCES 2, La Habana, Septiembre 2010 |
Imaginemos un texto. Un texto imposible de representar. Un texto que no representa. Que presenta a una realidad previa (2) que tiene como meta anular a su propia representación. “Un texto, que se alimenta de su muerte. Un texto escatófago, que concibe su libertad de existir como la libertad de existencia en los bordes de sus propios límites” (3) “No quiero ser más Walpurg. Dejo la horca y la ventana en el cajón de la utilería. En algún lugar mi otro yo, escribe sobre sus ojos.” (4) Un texto que practica una muerte consciente, íntima. Que en el umbral de su propia frontera (paso de la escritura dramática a la escritura escénica) es auto consciente de si, y se sabe texto, en un desdoblamiento lógico, que contempla a su propio artificio, su propia anti naturaleza y vive más allá del escenario, en algún lugar donde la representación muere para siempre. Un texto que se presenta allí donde su posible representación se deshace y aunque esto es imposible porque él es ante todo algo previo como escrito en el papel, que ha de adquirir forma en el espacio físico del escenario y el cuerpo vivo del actor, no re presenta, se presenta.
Así problematizado y de este modo en su desenvolvimiento natural altera la función y la continuidad, descompone causa y destino, perturba consecuencia y fin. Quiebre. Broma. Tomadura de pelo, “…tatuaje, errancia, visitaciones… condición poética… ojo de pintor…” (5) Desenfrenado impedimento. Obstáculo. Concepto que tiende a malinterpretarse, a contaminarse de lugares comunes: la acción por ejemplo, uno de ellos. Toda acción evoluciona porque el personaje ha de atravesar dificultades que se le interponen en el camino. Esto estimula el comportamiento del actor, la curiosidad del espectador, su atención. El obstáculo no es la dificultad que hace progresar la peripecia del personaje, es la resistencia, el inconveniente que el texto escrito usa para anular a su posible representación.
Lo importante es el gesto que la escritura hace en virtud de destruir todas sus imágenes y todos sus signos. “Ayer soné con una mano impar, redonda, con seis dedos” (6) para dar lugar a otras(os). Sucesión discontinua de caídas, potaje de eslabones de diferentes cadenas, ininterrumpida cascada de rupturas, rompecabezas martillado. Una vez captada esta espora, su demente dinámica y asexuada multiplicación, podríamos reinventar el caos y no tendríamos suficiente material para visualizar el texto que hemos tratado de imaginar, pero habremos estado cerca, casi, a punto.
“Metamorfosis IV …tirada en un bosque sin pájaros que domina el ejército… ”(7) afirma un vínculo alimentado por diferentes lógicas y cultivos, en suma un texto que no se deja atrapar allá donde ha sido llamado como texto, “¿Qué puede más el verbo o la piedra?” (8) y sin embargo adjetivos, apreciaciones fáciles no le califican, no le asientan. Una vez nombradas, desencajan, son expulsadas bruscamente como migas de pan que se van por el camino viejo, por un involuntario alveolo, un particular sentido de la totalidad, rompiendo así el curso obligado de toda dramaturgia, la segunda vez o doble presentación, la RE, la REPRE, la entrada por el aro, el encajado carril, la máscara política del relato; en beneficio de una actitud negativa y fundacional: la búsqueda de una gravedad otra, una huella en el viento, un aire crocante y menos viciado, otra respiración: la diferencia. Sosegada perturbación y consoladora alteración del equilibrio. Un alojamiento incómodo, embarazoso, apasionado y lúdico. Una atrofia. Una anomia.
“Auschwitz
Teatro Improvisado Barracón de Reclusos
En el Hueso
Pasos
De Piedra Piojos
Desertores Como Público
Yagas Con Lámparas De Asombro La Llovizna Lleno Total
Carroñas y Centinelas En Su Ronda
De Tanto Banquete
Muerte
Por
La Obra De Teatro
Pregunta
El Coma Andante
De Quién y Para Quién
Pregunta
Silencio
Nadie A Su Dolor Responde
Callar Es Conveniente
Los Segundos De La Razón Están Contados
La Cólera
A Punto De Tomar El Mando
Es Una Bomba De
Tiempo” (9)
Y finalmente, luego de haber pasado por la experiencia del ver, de contemplar la danza de lo improbable sobre las afiladas astillas de mármol, que nos ha revelado la herida estatua de la fuga, apenas habremos comenzado a captar una imago. Como taciturnos pelícanos, amordazados secretarios de una escritura que admite a más de un autor, tendremos que soportar una avalancha, “ …que no se concreta en la puesta en escena sino en el espectador que la percibe, una puesta laberíntica, en la que se funden los elementos rituales y espectaculares a partir de una reconfiguración de referentes diversos, junto a un concepto amplificado de teatralidad… ” (10) ya que el texto que más se aleja de su representación es el más teatral de todos. Impotentes ante tal usurpación de nuestros inflamados buchones, tal expoliación de nuestros ansiosos sedimentos, tal extorción de nuestros gordos y fofos recipientes, tendremos que cruzar los dedos o mordernos la lengua para no malograr su excesivo brote. La paradójica visualización de una escritura que explota y destierra su atributo particular a lo imposible, nunca hubiera existido sin su propio consentimiento temperamental. Desde ese margen hará gárgaras de tinta con nuestra sola presencia. Desde ese filo nos devolverá el cerebro intacto, antes de moldear, como la primera vez. Entonces nos cantará rabiosamente al oído el himno olvidado del arte y luego sin violencia, amistosamente nos dará la mano para imprimirnos en la palma un tatuaje y así liberarnos de los imantados brazos de la más atroz y despiadada ilusión. El velo de maya de la estafa.
Rendidos de la forma más fresca, invitados definitivamente a la fiesta de los vegetales, el pacto con las lechugas será inevitable. De nuestro cuerpo brotarán ramas, hojas, gruesos repollos barnizados por la apariencia más verde. Desde entonces nuestra colaboración será vehemente, aun en la más mordaz de nuestras negaciones-brócolis. Repoblados y reforestados a pesar de la imperante contaminación, de la vergonzosa dosis de idiotez que ha distribuido alevosamente la época. En medio del rayo último, del impacto más letal, con suerte nos descubriremos coautores. En ese instante una llovizna de agua salobre nos alumbrará. Tendrá lugar el carnaval de las turbinas y sabremos por fin que el aparato que nos cultiva para la falsa igualdad es el mismo que nos surca para la falsa individualidad. Entreveremos que el cante que emite cualquiera de nuestras tripas en la difícil digestión del abuso político o el perro que ladra ahora mismo detrás de la puerta visceral del lector, escriben.
No habrá escape. Podremos sembrar gomas de borrar tijeras, empapelar la isla con papel plateado para que refleje luz de cacao. Ofrecer un sol de chocolate, un meridiano con dientes, una comparsa africana de merengue en plena rabia para que ciegue la nítida visión. Podríamos incluso ser más capitalistas. Lavar cada párrafo en el laundry. Secarlo en una pantalla edificio de Time Square. Doblarlo en la luna “Be the solution not the pollution” (11) para que la indiferencia del mercado lo disuelva en la más ominosa negligencia, funesta distracción mas mediática. Nada será suficiente para evitar el advenimiento de la imagen legítima, certificada. Entonces nosotros, antes de morir, en medio de la definitiva catarsis, nos auto descubriremos a veinte mil leguas de nuestras lágrimas y por fin estaremos a salvo de la falsa percepción, la engañosa mirada de la fobia. Nos daremos cuenta que el escurridizo lugar, la secreta comarca, el remoto territorio donde se afianza este texto es un espacio ilegal, improbable, que no capta el satélite, ni aparece en los datos computarizados de map search. Un espacio injustificado, indebido. De temperamento grave y superfluo. Desdibujado perfil. Borroso número. Garabateada huella. Tenebrosa identidad. Renegada diáspora.
Suspendidos en el aire, atravesados por un arcoíris de contrapuestos sentidos nos llegará el momento colectivo. Será filosófico y rotundo. Conoceremos. Reiremos. Pertenecerá por igual al cielo y la tierra, el espejismo y la gnosis. Felizmente llegaremos al final de la sardónica tragedia. Sacaremos al futuro debajo de la estera de tanque en el oscuro refugio de la gleba y lo echaremos a volar, lo pondremos otra vez como debe ser, por delante. No durará mucho, pero al menos dará para salir de la edad media y latir un poco antes que nos abandone nuestra amada. “Tú eres una cuenta de banco. Payaso número uno frente a los impuesto. La ley llora por sus lobos. Algo huele a podrido en todo este desempleo. ¿Cómo se escribe esperanza?” (12) La aldea global, temblorosa de ansiedad, con las partes abiertas, palpitantes, húmeda de arriba abajo, desbordante de deseo, nos abrazará hasta triturarnos.
Ya muertos la ceniza nos regalará una novia de fuego fatuo. Como átomo, le pediremos la mano y nos será concedida. Una vez desposada nos mostrará la puerta prohibida. Tendremos entonces los cojones de no conformarnos, la fuerza de patearla. Nos recibirá una larga mesa puesta de quimeras: etéreas misceláneas, manjares de arena, sonrisas mecánicas, sopa de hongos y estrellas, enlatadas mentiras, intransigencias. La correremos con ganas, evitando su pasto y bienvenida. Como electrones libres nada material nos hará retroceder, ni las compuertas de agua que hunden a nuestro viejo barco en el cementerio de la historia, ni las mansas sirenas que nos ofrecen un merecido retiro desde el fondo. Sacaremos la cabeza debajo del mar. Gritaremos con fuerza. Salvajemente gritaremos. Gritaremos hasta reventar los oídos del verdugo. Hasta el final de nuestras fuerzas, nos portaremos mal.
Víctor Varela
Septiembre 6 Nueva York
Notas
(1) Basado en un fragmento del libro inédito de Víctor Varela El Texto Imposible de Representar.
(2) Entiéndase realidad previa como libreto, texto escrito, dramático. Lo contrario de puesta en escena, texto escénico, texto espectacular.
(3) ROJAS Rafael “Víctor Varela. Arte Conceptual.” El Caimán Barbudo. Artículo, abril, 1989.
(4) VARELA Víctor Opera ciega. Texto Escrito. 1992. C Habana. Cuba.
(5) DIEGUEZ ILEANA En las márgenes del texto: escrituras ilegales. México DF. Septiembre 2002.
(6) VARELA Víctor “Aplaude con una mano” Texto Escrito. 2002 Bs As Argentina.
(7) VARELA Víctor “Biblis” Texto Escrito. 2001 Bs As Argentina.
(8) VARELA Víctor “Nonato en útero” Texto Escrito. 2005 Miami. USA.
(9) VARELA Víctor “El abismo de los pájaros” Texto Escrito. 2010 New York. USA.
(10) TRIANA Gómez Jaime “Víctor Varela: teatro y obstáculo” C. Habana. Cuba. Diciembre 2003.
(11) Slogan publicitario encontrado en el subway de Manhattan.
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